Astronautas mexicanos: orgullo nacional en órbita (Infografía)
El proceso para ser astronauta es arduo y difícil, más aún si no eres norteamericano. Te presentamos una lista de profesionales de ascendencia mexicana que lograron llegar al espacio.
Houston, tenemos un nuevo artículo. Han pasado casi 35 años desde que el primer astronauta mexicano, Rodolfo Neri Vela, despegó del Centro Kennedy en el Transbordador Espacial Atlantis. Para conmemorar este gran logro, en Tarify hemos recopilado una lista de aquellas grandes mentes con ascendencia mexicana que han logrado tocar las estrellas.
Los astronautas se presentan de acuerdo con la fecha en que llevaron a cabo sus misiones. También debemos aclarar que en la lista sólo un astronauta tiene la ciudadanía mexicana, lo cual no reduce el esfuerzo hecho por connacionales de segunda generación, así que hemos incluido a figuras que, a pesar de contar con la ciudadanía estadounidense, son de padres con sangre mexicana. Si quieres ver más hazañas espaciales, checa nuestra galería de fotografías del universo tomadas por sondas espaciales. ¡Para alucinar!
Ahora sí, ¿listo para el despegue?
Rodolfo Neri Vela
Rodolfo Neri Vela, primer mexicano en el espacio, vía Wikimedia Commons
El guerrerense Rodolfo Neri Vela fue el primer astronauta mexicano en participar en una misión de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Su participación se dio gracias un programa de colaboración entre esta organización y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en México (SCT).
Neri Vela nació en Chilpancingo, Guerrero, el 19 de febrero de 1952. En 1975 recibió su título como Ingeniero Mecánico Electricista, con especialidad en Comunicaciones por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Él realizó una maestría y doctorado en el Reino Unido, en las Universidades de Essex y Birmingham, especializándose en Telecomunicaciones y Radiación Electromagnética. Su trayectoria profesional incluye tiempo en la SCT y 19 años de docencia en la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
No fue hasta el 26 de noviembre de 1985 que hizo historia: fue parte de la tripulación de la Misión 61-B, en el Transbordador Espacial Atlantis. Su rol fue el de especialista de carga en una misión de siete días, con el objetivo de poner en órbita tres satélites: el Morelos II (México), AUSSAT-2 (Australia) y SATCOM (Estados Unidos).
Despegue del Transbordador Espacial Atlantis en la Misión 61-B, vía Wikimedia Commons
Sus labores en este campo no acaban ahí. Cuatro años después colaboró en el programa Columbus. Ayudó con el diseño de la estación espacial ALFA para la Agencia Espacial Europea. En lo que respecta a México, en los años 2010 y 2011 participó en la creación de la Agencia Espacial Mexicana.
Actualmente es profesor de Telecomunicaciones en la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Además, cuenta con múltiples publicaciones, entre las que se encuentran El planeta azul, El pequeño astronauta y Estaciones espaciales habitadas. Sus labores inclusive han sido conmemoradas por nuestro Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro. Por el aniversario de su viaje se tendrá un tiraje de 10 millones de boletos conmemorativos a Neri Vela con su rostro y nombre.
Ellen Ochoa
Ellen Ochoa, primer mujer latinoamericana en el espacio, vía Wikimedia Commons
Ellen Ochoa también hizo historia al ser la primera mujer latinoamericana en viajar al espacio en 1993. Fue seleccionada por la NASA como astronauta en 1990, dando comienzo a una carrera que traería como fruto casi 1,000 horas en el espacio y múltiples premios.
Nacida el 10 de mayo de 1958 en Los Ángeles, California, Ochoa cuenta con un título en Física por la Universidad Estatal de San Diego. Ya en la Universidad de Stanford, completó una maestría en ciencias y un doctorado en Ingeniería Eléctrica.
El 8 de abril de 1993 formó parte de la tripulación del Transbordador Discovery en la misión STS-56 de la NASA. Ésta fue la primera de cuatro misiones en su trayectoria. Continuó en STS-66 en 1994, STS-96 en 1999, y STS-1 10 en el 2002. Entre sus responsabilidades se encontraban controlar el software para vuelo, desarrollo de hardware, desarrollo en robótica y entrenamiento.
Ellen Ochoa y Donald R. McMonagle en el Transbordador Atlantis, misión STS-66, vía Wikimedia Commons
Actualmente es Directora del Johnson Space Center, la primer directora hispana y la segunda mujer. Ahí mismo fungió en el 2002 como Subdirectora de Operaciones de Tripulación. Ochoa ha recibido un gran número de galardones, como el Premio de Ciencias de la Fundación Harvard, el Premio de Liderazgo de la Herencia Hispana, el Premio a los Logros Excepcionales de las Mujeres en el Espacio Aéreo y el Premio por Liderazgo Sobresaliente (NASA).
John D. Olivas
John D. Olivas, vía Wikimedia Commons
De origen californiano, John “Danny” Olivas tiene más de 330 horas en el espacio, tiempo que incluye 14 horas y 13 minutos de caminatas espaciales. Con un título de la Universidad de Texas-El Paso en Ingeniería Mecánica, una maestría en el mismo campo de la Universidad de Houston y un doctorado en la Universidad de Rice, fue elegido para el entrenamiento de astronauta en 1998 por la NASA.
Antes de su despegue, Olivas desempeñó tareas en la rama de robótica de la NASA, investigación en el desarrollo de materiales y herramientas, al igual que en técnicas de reparación de transbordadores.
El 8 de junio del 2007 dio inició la misión STS-117 en el Transbordador Atlantis, donde Olivas fue especialista de misión. Ahí llevó a cabo la primer reparación de un transbordador hecha en órbita. Además, repitió su cargo en la misión STS-128, el 28 de agosto del 2009. Ahora en el Transbordador Discovery, se hizo entrega e instalación de Leonardo, un Módulo Logístico Multipropósito.
John Olivas trabaja en el exterior de la nave, vía Wikimedia Commons
Por si fuera poco, Olivas también tiene cuatro premios de tecnología clase uno de la NASA, cinco reconocimientos especiales del Instituto de Tecnología de California, seis patentes de inventos, entre otros.
José Hernández Moreno
José Hernández Moreno, de campesino a astronauta, vía Wikimedia Commons
Muchos han descrito la historia de José Hernández Moreno como un perfecto ejemplo del sueño americano. Nació en California el 7 de agosto de 1962, pero su vida fue nomádica hasta sus 12 años. Sus padres, originarios de Michoacán, viajaban a los Estados Unidos cada año para trabajar en las cosechas de fresas y pepinos. Hernández, junto con sus tres hermanos, ayudaban a sus padres.
Fue hasta que una maestra aconsejó a la familia que establecerse en un lugar sería más conveniente para la educación de los niños, por lo que decidieron quedarse en California. Hasta esa edad, José no dominaba del todo el inglés, obstáculo que superó rápidamente. Se tituló en Ingeniería Eléctrica en la Universidad del Pacífico en 1984 y obtuvo una Maestría en el mismo campo y en Informática por la Universidad de Santa Bárbara en 1986. NASA lo eligió como astronauta en el 2014.
Tras 11 intentos fallidos, Hernández al fin cumplió su sueño el 28 de agosto del 2009, en la misión STS-128 (misma en la que formó parte John D. Olivas). Por medio del Transbordador Discovery transportaron equipo, comida y agua a los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Su cargo fue de especialista de misión.
Rick Sturckow y José Hernández trabajan en el módulo Leonardo, vía Wikimedia Commons
Hernández se retiró de la NASA en el 2011.
Infografía
Para terminar...
Lamentablemente, desde Rodolfo Neri Vela no se ha repetido la hazaña de que alguien con nacionalidad mexicana salga al espacio. En respuesta a la situación, Neri Vela ayudó a formar la Agencia Espacial Mexicana. Sin embargo, él mismo admite que es una institución muy joven y que no cuentan con muchos recursos.
La solución, propone, es fomentar el interés en las ciencias en los jóvenes mexicanos. Es importante desarrollar una buena estrategia para proporcionar la educación adecuada a aquéllos interesados no sólo en ser astronautas, sino en física, robótica, mecánica y demás. Así podría disminuir la conocida fuga de cerebros, es decir, cuando mexicanos salen del país, generalmente a los Estados Unidos, en búsqueda de oportunidades en su área, pues en nuestro país no las encuentran.
Y tú, ¿estarías dispuesto a viajar al espacio? ¿o eres de los que prefieren encerrarse con los videojuegos de guerra para conquistar mundos intergalácticos? Te dejamos una reflexión de Neri Vela que tal vez te convenza.